… para dar lugar a que Dios hable al corazón y poder escucharle en su Palabra. El Carmelo es el lugar donde se medita y contempla el paso de Dios que atraviesa la historia, y la transforma en historia de liberación.
Por eso, nosotras, las carmelitas, queremos ser memoria viva y recuerdo de todo lo que Dios ha hecho a favor nuestro. Y mantener con nuestra vida el testimonio de Jesús, en quien hemos hallado la plenitud de nuestra existencia.