“…esto es la comunidad,
en la misma comunión de la
Trinidad,
que sólo ahí,
en el abrazo de los Tres
nos sentimos amadas,
y podemos amar a todas,
en el júbilo más grande.
Que sólo en el silencio del Misterio
se puede escuchar la Palabra,
el nombre propio escrito
en el libro de la
Vida
y comprender
la hondura que nos habita,
la belleza que somos dentro
y la propia misión” (Una carmelita)