«El centro del alma es Dios, al cual cuando ella hubiere llegado según toda la capacidad de su ser… habrá llegado al último y más profundo centro suyo en Dios. Porque en la sustancia del alma es donde pasa esta fiesta del Espíritu Santo.»
(-Llama de amor viva -, S. J. de la Cruz)
Por eso nuestra vida esta hecha de silencio y soledad…
… para dar lugar a que Dios hable al corazón y poder escucharle en su Palabra. El Carmelo es el lugar donde se medita y contempla el paso de Dios que atraviesa la historia, y la transforma en historia de liberación.
Por eso, nosotras, las carmelitas, queremos ser memoria viva y recuerdo de todo lo que Dios ha hecho a favor nuestro. Y mantener con nuestra vida el testimonio de Jesús, en quien hemos hallado la plenitud de nuestra existencia.
NUESTRA ORACIÓN
…al modo de Sta. Teresa de Jesús, es relación de amistad con el Cristo Humano.
La humanidad de Cristo fue para ella la puerta que le abrió al misterio de su propia vida y de los tesoros encerrados en su Castillo interior.
Por eso, orar se convierte en una peregrinación hasta nuestra última estancia.
Con Jesús, oramos y aprendemos a orar. Para poder comunicarnos con su Padre, haciendo nuestros sus mismos sentimientos.
Y oramos con la oración de la Iglesia, que es la Liturgia
Ella es la mejor escuela de la oración para orar movidos por su Espíritu.