… porque cada paso cuenta para construir un futuro más próspero para todos y todas.
Cero plásticos: Botellas, bolsas, pajitas… El plástico está en nuestro día a día y produce efectos muy negativos en el medioambiente. Para que te hagas una idea, una botella de plástico puede tardar unos 500 años en descomponerse. Es evidente, por lo tanto, que hay que evitar el consumo de plásticos si queremos cuidar nuestro entorno.
Para conocer a fondo el problema del plástico basta con analizar algunas cifras que ha difundido el Parlamento Europeo:
Actualmente en los océanos hay más de 150 millones de toneladas de plástico.
Se considera que cada año acaban en el mar entre 4,8 y 12,7 toneladas de plástico.
Reciclar 1 millón de toneladas de plástico equivale a retirar 1 millón de automóviles de la carretera (en términos de CO2).
Algunos de los plásticos de un solo uso que se encuentran en la orilla del mar son botellas, tapones, tapas, colillas de cigarro, bastoncillo de algodón, paquetes de patatas fritas, envoltorios de golosinas y de caramelos, toallitas, tampones, cubiertos, pajitas, vasos, tazas, globos y recipientes de alimentos.
¿Qué hemos hecho nosotras?
Procuramos comprar cada vez menos productos envueltos en plástico.
Siempre llevamos una bolsa de tela cuando vamos a la compra
Compramos los productos de limpieza del hogar y personales a granel
Los útiles de cocina son de madera o de inoxidable
Las pinzas de tender la ropa son de madera
La comida la conservamos en recipientes de cristal.
Y elegimos las marcas de alimentación que no se lucran en los países en Desarrollo.
Compost: Preparar nuestro compost casero no tiene apenas dificultad, pero sí debemos tener claras tres ideas importantes antes de empezar:
Necesitaremos un compostador donde hacer crecer nuestro compost casero, un recipiente adecuado en el que ir añadiendo la materia prima que, poco a poco, se convertirá en compost. Este recipiente lo podemos comprar o, mejor todavía, construir uno propio reciclando y dando una segunda vida a objetos que ya han cumplido su labor inicial como, por ejemplo, tiestos viejos, palets de obra, cajas de fruta de madera, etc.
Nuestra mezcla de compost casero va a ir creciendo a partir de diferentes tipos de materias primas: cáscaras de huevo, peladuras de frutas y de verduras, pieles de patatas, ramitas, paja fresca, hierba húmeda, posos de café… La clave está en combinar el azúcar, la celulosa y el nitrógeno de los diferentes desechos orgánicos con el fin de preparar ese abono orgánico que, en esencia, es el compost casero.
El riesgo más importante de preparar compost casero es que los desechos se pudran y no consigamos nada más que una masa informe y pestilente. Evitaremos ese riesgo de dos formas:
Intercalando en capas alternas los desechos húmedos y secos.
Ventilando periódicamente nuestra masa de compost.
Cocina Zero Waste: El movimiento zero waste (cero residuos) promueve reducir a mínimos la cantidad de basura que producimos. Los envases innecesarios (en su mayoría de plástico) y los desperdicios de comida son, en gran medida, el objetivo. No puedes reducir el cien por cien de tus residuos de un día para otro. Se trata de cambiar el chip y tratar de ir adoptando poco a poco hasta convertirlos en hábitos.
Nuestro puré Lumami se elabora con lo que nos ha sobrado de las comidas del Lunes, el Martes y el Miércoles…
Hacemos el yogourt en casa, con yogurtera que no necesita corriente eléctrica
Compra a granel de productos de limpieza: Los residuos plásticos son uno de los mayores contaminantes y los principales responsables de la contaminación ambiental.
La moda del usar y tirar se ha convertido en una realidad mal vista por la población, algo que ha llevado a numerosas empresas a replantearse sus estrategias de packaging, comercialización y venta. Así que comprar a granel no solo implica un importante paso para cuidar de nuestro entorno, sino que además ofrece precios más reducidos, ya que se prescinde del coste de producción de envases.
Nuestro huerto: Tener un huerto en casa, cultivar nuestras propias verduras y hortalizas y llevar a la mesa los frutos de las plantas que hemos cuidado con mimo y constancia durante meses es una experiencia única e inigualable. Cultivar en casa está al alcance de todos, sólo necesitamos tener claros algunos conceptos básicos y poco a poco ir aprendiendo de la experiencia. Nosotras entendemos el huerto en casa como un ejercicio de sostenibilidad, que nos convierte en ciudadanas más comprometidas con el medio ambiente y más responsables en nuestro consumo.
Riego con agua subterránea: el riego del huerto y de nuestros jardines lo hacemos con agua subterránea. Una corriente de agua pasa bajo nuestro terreno, así que con una bomba que la extrae y un depósito de agua que la almacena, tenemos el agua suficiente para todo. Encima de él colocamos la caseta de las herramientas y aperos de la huerta.
Para economizar el agua, estamos implementando el riego por goteo. El agua es un bien cada vez más escaso: esta medida nos parece necesaria y nos solidariza con todo el mundo agrícola que carece del agua para poder cultivar sus productos.
Electricidad: este año hemos colocado además placas fotovolcaicas para el consumo personal de la energía eléctrica. Con ello reducimos gastos y hacemos sostenible nuestro edificio.
FORMACIÓN
Nosotras, en este curso pasado seguimos, también, un cursillo on-line sobre
EL CUIDADO DE NUESTRA CASA COMÚN Y SUS HABITANTES EN EL SIGLO XXI.
Una oferta del Instituto de VIDA RELIGIOSA DE VITORIA. Nos ha ayudado a comprender mejor el tema alimentario, los nuevos avances de la ciencia en el sector de la agricultura y la alimentación. Se puede producir más recursos para la humanidad, y con menos costes. Interesantísimo. La ponente, una gran experta en la materia, la Dra. Mertxe Renobales.
¿QUÉ HACES TÚ?…CUÉNTANOS
En esta página podrás encontrar iniciativas que realizan distintas personas preocupadas por el cuidado de la naturaleza.
Cuéntanos qué iniciativas realizas, o si conoces alguna que realizan otras personas y te parece interesante, compártelas en este espacio.