«Aquí todas han de ser amigas, todas se han de amar, todas se han de querer»
Nuestro propósito de vida es vivir el Evangelio de Jesús, al modo «Teresiano», como «ermitañas» y como hermanas, «todas amigas».
«Porque el estilo que pretendemos llevar es no sólo de ser monjas, sino ermitañas, y así se desasen de todo lo criado»
«Esta casa es un cielo, si le puede haber en la tierra, para quien se contenta sólo de contentar a Dios y no hace caso de contento suyo; tiénese muy buena vida»
Vivimos nuestra vida contemplativa en comunidad, como hermanas de una familia, para hacer verdadero el amor de Dios y a Dios: “aquí todas han de ser amigas, todas se han de amar, todasse han de querer…”
La oración auténtica hace crecer el amor de unas con otras, el desasimiento (desprendimiento) de todo lo creado, y verdadera humildad. Porque la oración transforma la vida, y la hace evangélica. El que ora adquiere plenitud humana.
«Actualmente constituimos la comunidad catorce hermanas, todas invitadas a vivir en un solo corazón y una sola alma.»